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viernes, 17 de junio de 2011

DOCUMENTO DE UN TEMA DE LA ACTUALIDAD

La muerte de Bin Laden desata la alerta mundial


La muerte de Bin Laden a manos de un comando de élite de EE UU, anunciada en televisión por Barack Obama, ha abierto una nueva dimensión en la lucha contra el terrorismo internacional. La desaparición física del líder de Al Qaeda, responsable de los atentados del 11-S, ha sido recibida con euforia en Occidente, pero también con cautela ante el temor de que sus seguidores inicien una campaña de atentados como venganza. Esa posibilidad ha desatado la alerta mundial y ha llevado a los Gobiernos de EE UU y de Europa a reforzar la seguridad tanto de sus embajadas como de sus tropas en el extranjero y a pedir a sus ciudadanos, especialmente a los que se encuentran en el exterior, que extremen la prudencia. "La guerra contra Al Qaeda y su sindicato del terror no ha terminado", ha advertido la jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton.

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha celebrado hoy una reunión con los ministros de Exteriores, Interior y Defensa para estudiar nuevas medidas de prevención. El Gobierno reforzará la seguridad de sus embajadas en el norte de África, el Sahel, Afganistán y Pakistán y se pondrá en contacto con las empresas y cooperantes que trabajan en esas regiones para alertarles de que hay que extremar la precaución, informa Efe. El vicepresidente primero del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha anunciado estas medidas, tras la reunión. "No creo que la muerte de Bin Laden suponga un riesgo adicional para España", ha subrayado Rubalcaba al comentar un posible relevo en la cúpula de Al Qaeda, aunque sí ha insistido en que puede haber represalias y ha señalado que, para los intereses españoles en el extranjero, "las próximas semanas y meses pueden ser delicados". Por el momento no se ha incrementado el nivel de alerta antiterrorista decretado porque se considera suficiente.
Los 1.500 militares españoles que participan en la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) han pasado la noche con "normalidad" pero, al igual que el resto de misiones del Ejército en el exterior, han recibido la orden de extremar las precauciones, en especial en sus desplazamientos y patrullas, según fuentes militares consultadas por Servimedia.
Las reacciones que la muerte de este personaje pueden provocar en el mundo son impredecibles. Por si acaso, el presidente estadounidense insistió ayer en que Bin Laden no era un líder musulmán y en que Estados Unidos no está en guerra contra esa confesión religiosa. "Dada la incertidumbre y la volatilidad de la actual situación", asegura el Departamento de Estado, "urgimos a los ciudadanos estadounidenses en áreas donde estos acontecimientos pueden causar violencia antiestadounidense a limitar sus viajes fuera de sus casas y hoteles y a evitar concentraciones y demostraciones masivas".
No obstante, la alegría por la muerte del terrorista más buscado del mundo es patente. EE UU siente que la venganza por los atentados del 11-S ha sido consumada y prueba de ello es que la Zona Cero de Nueva York, escenario principal de la matanza, se convirtió en lugar de celebración tras conocerse la noticia. Este jueves irá también el presidente Obama, que se reunirá allí con familiares de las víctimas. "Estamos experimentando la misma unidad que tras el 11-S", dijo el presidente en una cena con congresistas.

¿Qué hacer con las fotos del cadáver?

Pero el final no estará del todo escrito hasta que Estados Unidos decida qué hacer con las fotografías tomadas sobre el terreno al cuerpo sin vida del terrorista más buscado de todos los tiempos. Fuentes oficiales han asegurado que esas imágenes existen y que podrían hacerse públicas a lo largo del día de hoy. En ellas supuestamente se ve el rostro de Bin Laden deformado por un impacto de una bala pocos centímetros por encima de su ojo izquierdo que le destrozó parte del cráneo. El cadáver también presenta heridas de bala en su pecho. Las mismas fuentes aseguran que los militares grabaron un vídeo del supuestoentierro en el mar del cadáver menos de 12 horas después de su ejecución, respetando así las tradiciones islámicas.
La Administración estadounidense debate sobre la conveniencia de publicar todo este material. Algunos miembros del Gobierno de Obama son reacios a enseñar fotos del cadáver porque consideran que podría inflamar a los sentimientos de los extremistas islámicos. Pero también existe un temor creciente a que la teoría conspirativa de que Bin Laden sigue vivo gane adeptos si no hay constancia gráfica de la muerte del terrorista.
El presidente cree que la operación demuestra que "no hay nada que no se pueda hacer" si Estados Unidos trabaja de forma coordinada. "Somos afortunados por tener a ciudadanos que han dedicado sus vidas a protegernos (...) Como comandante en jefe, no podría estar más orgulloso", aplaudió Obama, que felicitó de forma especial a las autoridades militares y de inteligencia que organizaron y perpetraron el operativo, en particular al secretario de Defensa saliente, Robert Gates.
El asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Brennan, detalló posteriormente en rueda de prensa desde Washington que la operación,seguida en "tiempo real" desde EE UU, se llevó a cabo sin informar a Pakistán, país aliado en la guerra contra el terrorismo, extremo que ha confirmado esta madrugada el propio presidente Zardari. Brennan manifestó que es "inconcebible" que Bin Laden haya estado escondido tanto tiempo en Pakistán sin ayuda de dentro del país. "No voy a especular con el apoyo en Pakistán", contestó Brennan a los periodistas en relación al posible conocimiento de las autoridades paquistaníes de la localización del terrorista saudí. Tras sus declaraciones, el embajador de Pakistán en EEUU, Husain Haqqani, declaró que su país realizará una "investigación profunda" para recopilar los fallos de inteligencia que impidieron conocer que Osama bin Laden estaba en su territorio.
El consejero de la Casa Blanca calificó la decisión tomada por Obama como "una de las más valientes que jamás haya adoptado ningún presidente". Según Brennan, las pruebas sobre la estancia de Bin Laden en esa casa eran "circunstanciales", aunque la confianza de la CIA en acertar con el objetivo era "creciente". El asesor estadounidense ha dicho también que tras 15 años persiguiéndole, ya incluso antes del 11-S, Obama aprovechó la "oportunidad" y aprobó la operación.
Sepultura según el rito islámico
Brennan aclaró además que el líder de Al Qaeda fue enterrado en el mar de acuerdo con la práctica musulmana. El ritual islámico requiere que el cuerpo se entierre en las 24 horas posteriores a su fallecimiento. Según fuentes oficiales, la decisión se tomó porque resultaba complicado encontrar un país dispuesto a sepultar al terrorista más buscado del mundo. Fuentes oficiales han informado asimismo de que las pruebas de ADN confirman que murió en el ataque militar a la residencia donde estaba.
A preguntas de los reporteros acreditados en la Casa Blanca, Brennan añadió que EE UU "no va a bajar la guardia" en la lucha contra Al Qaeda. La muerte de su mentor brinda "una oportunidad para destruir la organización", afirmó Brennan. El asesor de seguridad explicó además que el número dos de la red terrorista, el médico egipcio Ayman al Zawahiri, cuenta con "detractores" dentro de la organización, hecho que dificulta su liderazgo.
En la operación militar, ejecutada a bordo de en varios helicópteros por el grupo de operaciones especiales Navy Seals, murieron cuatro personas más: un hijo mayor de edad del terrorista, su mensajero y un hermano de este y una mujer que, según la Casa Blanca, era una de las esposas de Bin Laden. Fuentes del Gobierno de Pakistán han asegurado al servicio de la BBC en el país que durante el asalto cinco guardias de Bin Laden cayeron también y cuatro más han sido detenidos, pero no ha podido ser confirmado.
El terrorista más buscado por Washington se encontraba en el interior de un complejo de lujo fortificado. La residencia de Abottabad constaba de muros de más de tres metros, alambres de espino y solo dos puertas de entrada. Carecía de ventanas y no tenía ni acceso telefónico ni conexión a Internet. Bin Laden murió de un disparo en la cabeza tras un tiroteo entre las fuerzas de asalto norteamericanas y el grupo que se encontraba con el líder de Al Qaeda.

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